Rey
de León (931-951). Hijo de Ordoño II, subió al
trono debido a la abdicación de su hermano Alfonso IV. Cuando
Ramiro se hallaba en Toledo (adonde había acudido para
defenderla del asedio a que estaba siendo sometida) y preparaba sus
gentes para hacer incursión por las tierras del califa
cordobés, le vino la noticia
de que su hermano Alfonso había vuelto a León, cambiando
el hábito de monje por la corona real. Al regreso
de Ramiro a León, Alfonso y sus primos, los hijos de Fruela,
fueron apresados y cegados, según la usanza de los tiempos,
por orden del rey, que quería evitar así el peligro
de una nueva rebelión que pusiera en peligro su trono.
Después de restablecer el orden en la corte, realizó la
expedición programada sobre Magerit (Madrid) y Talavera,
desmantelando sus murallas y logrando gran botín. La
reacción de Abderrahman no se hizo tardar, pues las tropas del
brillante Almudhaffar se presentaron en la frontera castellana. Avisado
Ramiro por el buen conde Fernán González, acudió
prestamente en su auxilio, librándose una recia batalla cerca de
Osma, que los cronistas de ambos bandos la cuentan como victoria
propia. Este encuentro en tierras castellanas no fue más que el
preliminar de otros más brillantes para las armas del rey
leonés, que habían de demostrar a los ismaelitas que, si
ellos tenían un Abderrahmán y un Almudhaffar insignes,
los cristianos tenían un Ramiro y un Fernán
González capaces de medir con ellos su brazo y sus armas.
Fue artífice de una coalición navarra, leonesa y
aragonesa que derrotó a los musulmanes en Simancas (939). Esta
victoria permitió hacer avanzar la frontera leonesa del Duero al
Tormes y repoblar de cristianos estas nuevas tierras. Es en esta
época cuando en Castilla empieza a tomar cuerpo el ánimo
larvado de separación, pero Ramiro puso preso al conde
castellano, Fernand González, haciéndole jurar fidelidad
y acatamiento. En el 949, después de una tregua, volvió a
realizar una expedición de saqueo por el valle del Tajo (950) y
derrotó a los musulmanes en Talavera, haciendo siete mil
prisioneros. Después enfermó gravemente, muriendo en
enero del 950.
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