(Jaime II de Aragón, llamado el Justo; Valencia, 1267 - Barcelona, 1327) Rey de Aragón. Era el segundo hijo de Pedro III de Aragón el Grande, de quien heredó el reino de Sicilia en 1285; en 1291 recibió también la Corona aragonesa, al morir sin descendencia su hermano Alfonso III.
Su dominio sobre Sicilia había sido contestado por el Papado y los Anjou, por lo que Jaime II de Aragón se avino finalmente a ceder la isla al papa a cambio de los derechos sobre Córcega y Cerdeña, por el Tratado de Anagni (1295). Sin embargo, su hermano Fadrique, al que había dejado de lugarteniente en Sicilia, se negó a abandonar el dominio de la isla, resistió eficazmente la campaña militar de Jaime II para arrebatársela y hubo de ser finalmente reconocido como rey por la Paz de Caltabellota (1302).
Terminada aquella contienda, Jaime II conquistó Córcega y Cerdeña (1323-25), que quedaron así incorporadas a la Corona de Aragón, a pesar de la oposición de Génova y Pisa y de múltiples rebeliones locales posteriores. Esta política de expansión en el Mediterráneo se completó con un acuerdo con Castilla para repartirse las respectivas zonas de influencia en el norte de África (Vistas de Monteagudo, 1291), lo que permitió a Aragón intensificar su presencia en Túnez, Bugía y Tremecén. También organizó Jaime II una expedición catalano-aragonesa a Oriente bajo el mando de Roger de Flor, concebida para librar al reino de la presencia de las peligrosas compañías militares conocidas como los «almogávares» (1302).
Con respecto a su política peninsular, Jaime II consolidó la Corona de Aragón al declarar la unión indisoluble entre los reinos de Aragón, Cataluña y Valencia (1319); obtuvo el vasallaje de los reyes de Mallorca (miembros de la casa real aragonesa); recuperó el Valle de Arán; reforzó la posición de la Corona sometiendo a la nobleza con el apoyo de las ciudades; hizo avanzar la frontera del reino de Valencia a costa del de Murcia, aprovechando la intervención en las disputas sucesorias castellanas (1304); y reforzó la defensa del flanco sur frente a los musulmanes creando para ello la orden militar de Montesa (1317). Intentó contrarrestar el peso de la aristocracia con el apoyo de las ciudades y favoreció a los comerciantes catalanes, base económica del reino. También elaboró una política de enlaces matrimoniales con la familia real castellana, pero no dio los resultados que esperaba.
Jaime II de Aragón se nos aparece, al menos externamente, como un rey respetuoso de los acuerdos y convenciones firmados con los súbditos. Se reunió regularmente en Cortes con los estamentos de sus estados para tratar asuntos de interés mutuo y atendió asiduamente las demandas llegadas a su Corte, hecho éste del que procede el sobrenombre (Jaime II el Justo) con el que ha pasado a la historia.
Caracterizó también a este monarca su interés por las ciencias, especialmente por la medicina, y también por la poesía y la arquitectura; mandó erigir un nuevo palacio en Ejea de los Caballeros (Zaragoza), reparar los palacios reales de Barcelona y Valencia y la seo del Salvador de Zaragoza. En 1300 fundó la Universidad de Lleida. Hacia 1314 encargó al dominico Pedro Marsili la traducción al latín de Libre deis feyts esdevenguts en la vida del molt alt senyor Rey en Jacme lo Conqueridor, narración de los hechos públicos y privados ocurridos durante el reinado de su abuelo, Jaime I el Conquistador (1213-1276), y que se tituló Liber gestarum. A su muerte fue enterrado en el monasterio de San Francisco de Barcelona; en 1410 sus restos fueron trasladados a Santes Creus. Le sucedió en el trono su hijo Alfonso IV.