Juan II de Aragón, el Grande, o Juan sin Fe según los nobles catalanes que se alzaron contra él,​ (Medina del Campo, Castilla, 29 de junio de 1398-Barcelona; 20 de enero de 1479) fue duque de Peñafiel, rey de Navarra (1425-1479), rey de Sicilia (1458-1468) y rey de Aragón, de Mallorca, de Valencia, de Cerdeña (1458-1479), hijo de Fernando I de Antequera y de Leonor de Alburquerque, condesa de Alburquerque. Fue padre, entre otros, de Fernando el Católico.
Juan II fue uno de los monarcas más longevos del siglo xv —su enemigo Luis XI de Francia le llamó vieja «vulpeja»—​. Padeció de cataratas por lo que durante varios años estuvo ciego, hasta que el 12 de octubre de 1468, a la edad de 70 años, recuperó la vista gracias al judío catalán Cresques Abiabad que le operó los dos ojos.
Según su principal biógrafo, el historiador Jaume Vicens Vives, «Juan II de Aragón aparece como el personaje de mayor fuerza en un siglo ya lleno de singulares personalidades políticas» ya que «centró en su persona los más candentes problemas que afectaban a los distintos reinos peninsulares: subversivismo nobiliar en Castilla, divisionismo social en Navarra, activismo revolucionario en Cataluña; y en política exterior, hundimiento de la potencialidad de los Señoríos italianos y retorno agresivo de la hegemonía medieval francesa. Por si ello no fuera bastante, queda aún vinculado a su persona el hecho del planteamiento de la unidad monárquica hispánica».
Cuando se casó con Blanca de Navarra fue rey consorte de aquel territorio desde 1425 y monarca efectivo desde 1441.
Nombrado lugarteniente general de Cerdeña y Sicilia por su padre (1415-1416), ayudó en la campaña de Nápoles (1435) a su hermano Alfonso V, quien le hizo lugarteniente de Aragón y Valencia. Intervino activamente en la política castellana, hasta la derrota sufrida en 1445 en la batalla de Olmedo.
Cuando fallece su esposa Blanca de Navarra se enfrenta a su hijo Carlos, príncipe de Viana. En Navarra se produjo una guerra civil, entre los beamonteses, que apoyan al príncipe Carlos, y los agramonteses, que apoyaban a Juan II. Carlos de Viana fue derrotado.
El conflicto repercute en Cataluña, pues las Cortes (Parlamento) de Lérida de 1460 pidieron a Juan II que liberara a su hijo, al tiempo que le obligaron a acatar la capitulación de Villafranca (1461). La muerte del príncipe de Viana (1461) y la actuación de Juan II, incumpliendo lo pactado, provocaron la guerra civil catalana. En Cataluña Juana Enríquez era gobernadora, segunda esposa de Juan II. Las clases dirigentes destituyeron a Juan II, ofreciendo el Principado, al rey de Castilla Enrique IV, al condestable Pedro de Portugal y a Renato de Anjou. En 1472, no obstante, Barcelona cayó en manos de Juan II, llegándose a la capitulación de Pedralbes.