Rey de Oviedo (739-757). Era hijo del duque de Cantabria, Pedro, y yerno de Pelayo, al estar casado con la hija de este, Ermesinda. Fue elegido rey por los astures a la muerte de su cuñado Favila, quien no había dejado sucesor, por lo que Alfonso fue rey según lo dispuesto por Pelayo (739). Don Alfonso ensanchó y consolidó su reino, dirigiéndose a Galicia, y venciendo la resistencia de los árabes huidos por Astorga y León, empujándolos al otro lado del Duero y llegando a las tierras de Coria y Mérida, plazas fronterizas.
Se le considera el iniciador de la expansión del reino de Oviedo frente a los musulmanes, divididos por luchas internas, como la sublevación de los bereberes frente a los árabes, y aprovechando el hambre, que de 750 en adelante hizo estragos en las comarcas leonesas. Junto a su hermano Fruela, recorrió en triunfo Galicia y el norte de Portugal hasta llegar al Duero, traspasando el río en sus incursiones, así como las comarcas de la cuenca alta del Ebro. El autor de la Crónica Albeldense consigna la conquista de León y Astorga por su parte; la Crónica de Alfonso III es más prolija, desde la costa Atlántica a las tierras de Vardulia, penetrando entre los vascones.
Recreación de Alfonso I y su esposa Ermesinda, siglo XVIIITras su avance, se dirigió a la parte oriental hasta los campos llamados Góticos. Según la Crónica de Alfonso III se apropió de las siguientes treinta y dos ciudades: Lugo, Tuy, Oporto, Anegia, Braga, Viseo, Chaves, Ledesma, Salamanca, Zamora, Ávila, Astorga, León, Simancas, Saldaña, Amaya, Segovia, Oca, Osma, Sepúlveda, Arganza, Clunia, Mabe, Oca, Miranda de Ebro, Revenga, Carbonárica, Abeiga, Cenicero, Alesanco y otras muchas. Prosiguió su victoria por Briviesca y La Rioja, así como por Navarra, Álava y Vizcaya. Saqueó y dejó yermos los campos, para evitar que volvieran los musulmanes. Aún no consolidadas por falta de medios, estas conquistas tendrán una importancia decisiva para el porvenir del reino de Oviedo. La zona desértica entre la Cordillera Cantábrica y el Duero, territorio creado por la devastación de Alfonso, aseguró su pervivencia. Sus habitantes fueron trasladados a las tierras transmontanas, desde Galicia al río Nervión, para repoblarlas. Asimismo, los esfuerzos de Alfonso lograrán consolidar un movimiento de Reconquista y de fundación de España, siendo Oviedo el núcleo directivo de los demás de la resistencia peninsular. Al no contar con hombres suficientes, Alfonso se afianzó en los distritos más fáciles de defender y más próximos al núcleo primero, llevándose a los mozárabes. Levantó muchas catedrales allí donde llegó. Finalmente, falleció en Cangas de Onís, hacia el año 757, siendo sepultado en el monasterio de Santa María, con su mujer Ermesinda. Sus restos fueron trasladados el año 874, junto a los de Pelayo. En su sepulcro se lee la inscripción del siglo XVII: «Aquí yace el católico y santo rey don Alfonso primero y su mujer doña Hermesinda, hermana de don Favila, a quien sucedió. Ganó este rey muchas victorias a los moros. Falleció en Cangas, año 757» .